Es cierto que a pesar de que le ha
costado un poco llegar, el otoño ya está bien instalado y algunos días nos
recuerdan que el invierno se confunde de estación. Pero como cada mes, en
noviembre también tenemos nuestras frutas y verduras de temporada que llenan de
colores vivos los días grises y apagados… Me estoy poniendo un poco poética,
pero es que nunca me había parado a pensar que en esta estación de cambio de
hoja, de los verdes a los amarillos y marrones, las frutas y hortalizas también
tienen esos colores rojizos, anaranjados o marrones… Es el momento de disfrutar
ya de los ricos y anaranjados caquis, mangos, de naranjas y mandarinas más
dulzonas, y de zanahorias estupendas que nos aportan una buena dosis de
carotenoides antioxidantes precursores de la vitamina A.
Los pigmentos rojos los ponen la granada, la remolacha y el
rábano. Casualmente los tres pueden combinarse en ensalada, así que aprovecha a
incluir antioxidantes de este color.
Plátanos y limones nos dan el toque
amarillo; nutritivos y con buen aporte
de sales minerales y de vitaminas son ideales en cualquier época y edad. Si, ya
sé que el limón no es tan cómodo de comer, pero prueba a incluirlo como parte
de otro zumo o como aliño en la ensalada en sustitución del vinagre.
El color blanco lo representa la
coliflor, el puerro, y el nabo. Las verduras de color blanco tienen mucha
fibra, potasio, vitamina C y algunas sustancias llamadas fitoquímicos como la quercetina y la alicina (en el
puerro) que son de ayuda en prevención de algunas enfermedades digestivas y
cardiacas y que además ayudan a equilibrar los niveles de colesterol y de presión arterial.
Dando paso al verde, pero con toques
blanquecinos, tenemos la endivia y el cardo, ambos de la misma familia, con
ciertas sustancias amargas en común, con mucha fibra y con propiedades
antiinflamatorias y protectoras para el hígado. El cardo, del que nos comemos
las hojas, es rico en cinarina, que estimula la creación de los jugos biliares,
facilitándole la vida al hígado en la digestión y previniendo así ciertas
dolencias propias de este órgano. Desde luego que no nos podía venir mejor para
poner un poco a punto el cuerpo para el próximo mes glotón ¿ no?
Las verduras de temporada son las más
adecuadas para el organismo porque cubren las necesidades del organismo en los
meses que se encuentran en el mercado, son más baratas porque son de producción
local y además, tienen un impacto ambiental menor: esta ha sido precisamente la
pequeña y última mejora de la pirámide de los alimentos. Para los que no habéis
leído la noticia os dejo el enlace
Nos vemos pronto (diciembre está a la
vuelta de la esquina)
Maritxu