Como novedad del mes tenemos las primeras frutas de hueso: albaricoques y cerezas nos empiezan a recordar que el calor está cerca. Sin embargo, el calor no termina de calar y a estas frutas les vendrán bien unas semanas estables de temperaturas suaves para ganar color, tamaño y sabor y disfrutarlas así en todo su esplendor. Todavía no las he probado porque prefiero que se afiance la recogida pero confieso que estoy deseando de cambios en mi naranja-mandarina-fresa dieta.
Albaricoques y cerezas: dulce y ácido a la vez, sabrosas bien maduras, y llenas de vitaminas antioxidantes y minerales. Con mucha agua en su composición, y azúcares que se asimilan lentamente en el organismo gracias a la cantidad de fibra que tienen estas frutas. Resultan refrescantes como tentempié y saludables como postre de mayores, de pequeños y de los que cuidan su línea. En la cocina tienen multitud de usos, ya que se comen crudos, en confituras, en repostería o desecados en el caso de los albaricoques (orejones). De su hueso o semilla se extraen aceites o aromas para uso en cosmética o en esencias culinarias. Como curiosidad, deciros que la semilla del albaricoque es tóxica en crudo (sin tratar) ya que tiene ácido cianhídrico.
Este mes es también el momento de comprar fresas y saborearlas dulces y jugosas antes de que se acabe la temporada, y también de aprovechar que ahora están mucho más económicas para hacerte con unos kilos y fabricar tu propia mermelada casera.
Alcachofas y espárragos siguen en auge, con precios en descenso que en el caso de los espárragos animan a comprar, a sabiendas de que este será el último mes de pleno disfrute ya que conforme avance junio estos frutos se irán angostando y endureciendo, y a aunque se sigan recogiendo a diario la esparraguera ya estará llegando a su fin.
Alcachofas, guisantes, habas, espárragos ajos frescos conviven de temporada en mayo |
Vainas de guisantes |
Guisantes frescos |
Los que ya tenemos afianzados en el
mercado y a plena producción en campo son las vainas: alubia verde como
verdura, y guisantes y habas, que aunque en fresco las consumimos como una verdura,
son leguminosas que además aportan cantidades interesantes de proteína vegetal
que ingeridas junto a cereales suponen proteínas completas similares a las de
un alimento de origen animal. Todavía las habas son pequeñitas y se
pueden comer con vaina, que es lo que llamamos calzón. Si las compras pequeñas
y tiernas las puedes cocinar como las judías verdes, eliminando los extremos al
limpiarlas, cociéndolas en trozos de unos 3 cm y aliñadas con unos ajitos fritos
con o sin jamón, con o sin huevo, en menestra con guisantes y alcachofas…. En
pocas semanas serán demasiado grandes y necesitaremos desgranarlas para comernos
la semilla o haba propiamente dicha, así
que corre para aprovecharte de lo mejor de la temporada…¡¡que lo de estas
verduras sí que son dos días!!
Habas en calzón |
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